Archivo de imágenes: material en gestación
Acumular. Ordenar. Restos. No producir. No hacer. No objetualizar. Recoger. Destruir. Reciclar. Sanar.
Los contenidos de esta muestra son en su mayoría fruto del rescate de una serie de materiales visuales que se mantuvieron ocultos en mis archivos desde su génesis. En gran parte han sido seleccionados y editados en El ombligo del mundo, el libro editado en motivo de mi exposición en el MNCARS, 2009.
Se trata de un material iniciático, pues conforma los inicios de mi carrera como artista. Lejos de editar los diversos materiales he resuelto compilarlos, es decir, reunir esa diversidad de imágenes en un mismo espacio. Luego trataré de definir esta diversidad. Eso sí, todos han sido formateados, es decir, el formato original se ha perdido en aras de una presentación pública. Esa operación convierte lo que inicialmente tenía carácter documental o testimonial en lo que en nuestro medio artístico llamamos obra original. O no, y quizás esté equivocada, y los originales permanecen en mi archivo y lo que presento al público son documentos, reproducciones. ¡Qué capacidad tiene un archivo, con su desorden ordenado, sus filtraciones, su heterogeneidad, con imágenes cotidianas infiltrándose entre los negativos, despertándonos la dificultad de clasificar, las tentativas de borrar, de seleccionar, de seguir una cronología, una categoría, qué capacidad tiene un archivo de inspirar! Documentos: fotografiar es encuadrarVolvamos a 1990. Desde el momento en que empiezo a utilizar la cámara fotográfica el aura que implica la manualidad desaparece, la obra explota en un proceso sin límites precisos. Documento las acciones que realizo en el taller cuando, gracias a la fotografía, perpetuo y luego, hago desaparecer esas puestas en escena que he preparado cuidadosamente. O bien miro a través del encuadre del visor partes de las pinturas con una lente de aumento, aislando un detalle, o proyecto una imagen encima de otra, o de un cuerpo, incluso fotografío mis herramientas de trabajo. Todo vale, todo es pertinente y, cámara en mano, me permito entender la obra como un flujo que desborda cualquier limitación impuesta por el lenguaje expositivo. La cámara fotográfica fija y pone límites a una Obra que se confunde con la vida, protegiendo así la frágil frontera entre Arte y no Arte en la que me encuentro inmersa. El ombligo del mundo habla únicamente de un centro, de un lugar desde el que puedo proyectarme como artista y vivir como persona. Es el axis mundi de toda mi obra posterior.
El uso de la cámara fotográfica me llevó a crear situaciones que se desarrollaban en el espacio, pero también en el tiempo. Gracias a ella empiezo a percibir mi trabajo como un desarrollo secuencial. La fotografía me permitió al fin valorar el proceso en detrimento de la obra terminada, del objeto final. Mi objetivo era la práctica, la práctica artística como medio para otro fin que no era la producción de objetos. Ya que el proceso nunca termina, siempre queda abierto. Cuando logras crear un objeto terminado, éste muere, se termina en sí mismo.
Cuadernos: anotar lo que no se realiza
En mi práctica, lo que logra ser objetualizado se silencia y termina por desparecer de mi proceso reflexivo, es decir, no consta en mis notas de trabajo; en cambio, lo que no logro realizar sigue siendo materia de reflexión, materia para rellenar mis cuadernos de notas. Años después de su realización, abro mis Cuadernos y decido hacerlos públicos. La proyección videográfica que muestra varios de mis cuadernos manuscritos muestra el recorrido página a página a tiempo real y nos remite al tiempo actual, al de su relectura. Convertir el archivo en obra; icono y depositario de mi memoria, de mi programa artístico, de mi imago mundi. Los Cuadernos informan de aquello que hago y de aquello que no soy capaz –o no puedo, o no se me permite- realizar. Sin embargo su ejecución es virtual, pues ocurre en verdad en el plano simbólico de la página escrita.
Tintas: una cartografía
Descubrí la tinta china a mediados de los años 80. Su práctica me llevó a cambiar el proceso de realización de una imagen respecto a lo que conocía y me habían enseñado. La pintura occidental se consuma mediante una suma de operaciones que conlleva la anticipación de lo que ocurrirá en el soporte vacío donde se ejecuta la pintura. Esos pasos requieren detenerse y calcular. Nada más contrario a la tinta china, que implica la consumación de toda esa suma de operaciones en un breve momento. Los pentimentos son imposibles. Todo el cuerpo se ve implicado en el acto de pintar. La práctica con la tinta se parece a una meditación tal y como la entienden en oriente. En occidente los rezos son réplicas de una pauta preestablecida. La meditación oriental es crear un espacio de silencio.
En ese espacio aparecía de manera obsesiva mi cuerpo. Al principio surgieron los pechos, luego bajé al vientre, después apareció el torso sin extremidades hasta que finalmente conseguí representar la totalidad del cuerpo humano mediante una estructura que más que definir su forma define su lugar, sus lugares internos y los centros energéticos que lo comunican con lo universal. Se trata de un mapa, una suma de lugares interrelacionados entre sí. El mapa permite ser recorrido dependiendo de nuestros objetivos. La posesión de estos mapas me permitieron dejar el pincel por la escoba, la tinta por las colillas.El ombligo del mundo: documentación e instalación de un proceso.
Es un suelo a modo de alfombra cubierto de colillas y ceniza. Es una instalación en progreso. En realidad son tres, mostrándose en ellas diversas partes de un cuerpo femenino. El ciclo entero ha tardado más de una década en realizarse y conservarse. Las primeras presentaciones eran sistemáticamente barridas del espacio expositivo por parte de galeristas y comisarios. La falta absoluta de medios por mi parte y la falta absoluta de fe por su parte procuraron el sacrificio repetido de varios suelos que pacientemente, durante días y días, construía con rigor a partir de los esquemas elaborados en mis tintas. El material tóxico debía ser primeramente acumulado o recolectado por mí. Después, la labor de colocación en el suelo era enorme e irrepetible. Quizá fue ésta situación, el abuso que sufrí por parte de los medios artísticos por los que transité aquellos años, la que procuró mi decisión final de incluir su destrucción como parte de mi programa. La condición para encarar tamaña operación, la de depositar una a una las colillas en la alfombra, era que al final las barrería YO misma. Barría mi trabajo con la escoba que, a modo de pincel, barría también siglos de pintura. Así nació la necesidad de testimoniar su pasada existencia con la fotografía, así como el de capturar el acto mismo de barrer, de destruir el objeto producido, mediante su registro en video.
Las colillas, residuos del acto de fumar tabaco o hierba, hablan de la respiración, del tiempo para la ensoñación, de la no-productividad, y también del desgaste, de la destrucción. Duchamp dijo "I like breathing better than working". Barrer habla del cuidado, de la renovación diaria de nuestro espacio vital. El cuerpo emergente en el suelo se convierte, mediante la barrida, en una sombra de sí mismo. A cada barrida los restos se acumulan creando formas geométricas que terminan en un montículo, en un punto central de donde nacerá otra manera de entender mi práctica, mi discurso como mediadora entre aquellas areas de la vida para las que no tenemos lenguaje aprendido. Fuego apagado, consumido, las colillas barridas darán paso a toda mi obra posterior generada a partir de los trazos de la luz. Con sus hilos invisibles la luz unirá entre ellos los objetos que pueblan nuestro vivir. Y dado este paso, me permito aceptar que las imágenes seguramente mueren acumuladas en el ámbito del archivo.
Eulàlia Valldosera
Las obras presentes en la exposición forman parte del ciclo
El ombligo del mundo.Tintas, 1990-91
Papeles realizados en su mayoría con tinta china, algunos de gran formato, con una técnica de la que tenemos pocos ejemplos en occidente
El ombligo del mundo. Archivo de imágenes, 1990-2009
Imágenes del archivo de la artista producidas antes, durante y después del proceso de creación del ciclo El Ombligo del Mundo. Son imágenes digitalizadas a partir de diapositivas, negativos, papeles y diversos documentos.
El ombligo del mundo. Documentos, 1990-2009
Selección de imágenes del archivo, realizadas entre 1990 y 1993, que se han editado en papel (impresiones glicée en blanco y negro) en diversos tamaños.
Cuadernos IV, VI, VIII (1990-91), 2007
Vídeo que muestra 3 cuadernos de trabajo de la artista, donde dibujos, diagramas y reflexiones conforman su incipiente cueepo de trabajo
El Ombligo del Mundo #3 El culo del mundo, 1991-2001
Un gran lienzo reposa en el suelo, barrido de las colillas que formaron la parte trasera de un torso femenino. La escoba, un texto, y la acción de barrer ese suelo documentada en un vídeo.
Galería Maior. Hasta el 10 de agosto. Plaça Major, nº 4 (Pollença)
1 comentario:
Enhorabuena, un blog muy completito,
salud
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