A partir del miércoles 25 de febrero, y hasta el 27 de junio, puede verse en el Museu d´Art Espanyol Contemporani, de Palma, la exposición CARLOS CRUZ-DIEZ: EL COLOR SUCEDE, que muestra las investigaciones sobre el color que durante los últimos cincuenta años ha realizado el pintor venezolano Carlos Cruz-Diez (Caracas, 1923) y que le convierten en uno de los artistas más relevantes dentro y fuera del movimiento cinético.
La exposición cuenta con unas 20 obras, fechadas entre 1954 y nuestros días. Entre las primeras obras se incluyen las realizadas durante la temporada que pasó en España, en el pueblo catalán de Masnou, antes de trasladarse a París, ciudad en la que vive desde hace muchas décadas. Se ofrece también una parte documental con catálogos, fotografías y algunos ejemplos sobre sus procesos de trabajo, así como muestras de su labor como diseñador gráfico. Las obras proceden de la colección del artista, Atelier Cruz-Diez, de la Fundación Allegro, del Musée national d´Art Moderne, Centre Georges Pompidou de París y del MUBAG, de la Diputación Provincial de Alicante.
Las experimentaciones de Carlos Cruz-Diez han ampliado considerablemente las nociones sobre el color, hasta el punto de que hoy podemos entender que las percepciones de los fenómenos cromáticos no tienen porqué estar asociadas necesariamente a la forma, sino que puede conformar una realidad totalmente autónoma. Sus “Fisicromías”, “Cromosaturaciones” “Transcromías” e “Inducciones cromáticas”, todas ellas presentes en este proyecto, asumen el color como cuerpo propio, como conducta, como realidad física y sensitiva: como permanente mutación.
Carlos Cruz-Diez AFECCIÓN POR EL COLOR
Desde que inicié mi aventura de pintor en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas he tenido y desarrollado una profunda afección por el color. Creía que cada mancha del pincel aplicada sobre la tela era un mensaje afectivo de primer orden y un testimonio inaplazable a comunicar. He insistido en hacer del color una vivencia, con un impacto afectivo que se sobrepusiese a cualquier otro artificio del acto de pintar. Para lograrlo, emprendí una larga reflexión nutrida de lecturas encaminadas a entender el por qué de muchas cosas y tratar de adquirir una noción universal del arte y de mi tiempo.
De niño quería ser pintor y mi formación fue de pintor. A los 17 años inicié los estudios de pintura en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas y, a medida que avanzaban mis conocimientos, me afianzaba en la convicción de que la profesión de artista no era un simple placer personal o una manera de evadir esponsabilidades, un encierro en un mundo ajeno a la realidad, sino más bien un compromiso espiritual ante uno mismo y ante la sociedad.
No soy poeta, ni escritor, ni historiador, ni filósofo. Sólo soy pintor. Por eso pensé que investigando un mundo eminentemente “pictórico y perceptivo”, como lo es el del color, podría encontrar una vertiente que fuera expresión de mi tiempo y no hubiese constituido motivo de reflexión para otros artistas.
El color se me reveló como un importante medio de estímulo a la percepción de la “realidad”. La “realidad” de hoy, nuestra noción de realidad, que no es la misma que tenía el hombre del siglo XII, para quien la vida era el tránsito a la eternidad. Nosotros, por el contrario, creemos en lo efímero, sin pasado ni futuro; todo se modifica y se transforma en el instante. La percepción del color nos revela esas nociones. Pone en evidencia el espacio, la ambigüedad, lo efímero, lo inestable, siendo además un soporte de mitos y afectos.
Un fragmento de su libro Reflexión sobre el color (1989)
Actividades paralelas
Paralelamente a esta exposición se ha programado un curso, de cinco conferencias, bajo el título “De la representación a la creación del movimiento”, en el que se propone una reflexión sobre el movimiento en el arte, especialmente en sus antecedentes históricos, en su relación al color, a las experiencias sensoriales y a la implicación dinámica del espectador en la obra y, en general, a los temas que pueden reunirse en torno al llamado “movimiento cinético” o “arte cinético”.
*El jueves 5 de marzo, Mercé Gambús
(Doctora en Historia del Arte y profesora titular de Historia del Arte
en la Universidad de las Islas Baleares), ofrecerá la conferencia
La representación del movimiento. De la prehistoria al Barroco.
*El miércoles 11 y el jueves 12 de marzo, Javier Arnaldo
(Doctor en Historia del Arte, profesor titular de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid y Conservador del Museo Thyssen-Bornemisza)
hablará respectivamente de Pintura y movimiento: el ideal romántico de la musicalización del color y de la abstracción: el modelo intangible del arte en las vanguardias históricas.
*El jueves 19 y el viernes 20 de marzo, Teresa Lanceta (Artista y Doctora en Historia del Arte) hablará sobre El ambiguo transcurrir de la belleza y Cinético, respectivamente.
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